Destapando los mitos sobre la micropigmentación. Es una técnica estética cuyo fin es embellecer, corregir o mejorar ciertos rasgos del cuerpo, ya sea masculino o femenino. El tratamiento consiste en implantar en la dermis pigmentos para dar color y/o en la micropigmentación facial: ojos, labios y cejas.
Además, se recurre cada vez más a este método para corregir ciertas imperfecciones, para disimular cicatrices, pérdida de pigmentación en la piel, reconstrucción de areolas 3D o densificaciones o efecto look rapado con la micropigmentación capilar.
Como toda técnica de estética, existen ciertos mitos que no se corresponden con la realidad. Uno de ellos es identificar la micropigmentación con el tatuaje. Y es que son dos cosas diferentes. Las diferencias más destacadas son:
- La profundidad a la que se deposita el pigmento en la piel es menor que la que necesita la tinta del tatuaje. La micropigmentación se trabaja sobre la capa más superficial de la dermis.
- El tatuaje es permanente, mientras que la micropigmentación es una técnica semipermanente. Los pigmentos de la micropigmentación desaparecen paulatinamente a lo largo del tiempo, y la tinta del tatuaje no desaparece por sí sola, es necesario el láser.
- La tecnología utilizada en la micropigmentación es más sofisticada, más precisa y por lo tanto el trabajo realizado es mucho más detallista. Además, el tatuaje se trabaja en base a un dibujo artístico, mientras que en la micropigmentación no.
Otro de los mitos que desmentimos es que la micropigmentación duele igual que cuando te haces un tatuaje. La realidad es que la micro puede producir una leve molestia, pero la sensación no es la misma que la que tiene una persona a la que se le está realizando un tatuaje.
Por último, queremos dejar claro que la técnica de micropigmentación debe realizarla una persona cualificada y que cumpla todas las garantías establecidas.
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